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EmpezarProceso de desarrollo infantil y su impacto en las relaciones
“Desde que nace, el ser humano demanda más atención y cuidados que la mayoría de las especies. Además, esta necesidad se prolonga durante muchos más años en comparación con otros seres. Cuando observamos las teorías del desarrollo temprano, vemos que en los primeros meses de vida, el bebé tiende a percibir que todo su entorno está orientado a satisfacer sus necesidades. Sin embargo, a medida que el proceso de desarrollo avanza, el bebé comienza a notar objetos a su alrededor y a darse cuenta de que el mundo exterior y otras personas están separados. Además, comienzan a ver que los otros seres tienen necesidades diferentes a las suyas. Este momento simboliza la primera transición en la que el bebé empieza a verse como un ser independiente..
Para comprender este proceso de desarrollo psicológico, las explicaciones teóricas, especialmente desde el psicoanálisis, ofrecen perspectivas sobre lo que ocurre durante los primeros años de vida. Freud (1914) destacó, en su obra “Sobre el narcisismo”, los caminos que toma la libido entre el yo y los demás. Recordemos que Freud describía brevemente la libido como energía vital. Dentro de este texto, el énfasis más importante de Freud (1914) se relaciona con la elección de objeto.
Freud habla de dos tipos de elección de objeto. La primera es la Elección de Objeto Anaclítica. En este tipo, la persona elige relaciones similares a los objetos de cuidado de su infancia. Este tipo de relación de cuidado genera una sensación de satisfacción. La segunda es la Elección de Objeto Narcisista. Aquí, la persona elige objetos que se parecen a sí misma, que fueron como ella en el pasado o que ocupan una posición a la que desea llegar algún día 1.
Después de Freud, las comunidades psicoanalíticas comenzaron a centrarse más en las relaciones de objeto, con aportaciones significativas de teóricos como Melanie Klein, Donald Winnicott y Wilfred Bion. Según Winnicott, el bebé y la madre no pueden pensarse por separado. Sin embargo, una madre suficientemente disponible, que satisface las necesidades del bebé, también permite que este se individualice. Mientras el bebé tiene necesidades de cuidado, la madre posee una intensa sensibilidad hacia ellas. Con el tiempo, la separación y la creación de espacios propios para madre y el bebé se vuelve necesaria. Sin embargo, en esta etapa, el entorno en el que vive la díada madre-bebé y el apoyo disponible —es decir, la capacidad de ofrecer un entorno seguro— se vuelven cruciales 2.
Estas teorías del desarrollo se han ido enriqueciendo con las teorías del apego. Especialmente los trabajos de John Bowlby tuvieron un gran impacto en este campo. Bowlby afirmaba que el ser humano nace con una necesidad de cercanía, y que la función fundamental del apego es la necesidad de protección. Sostenía que los patrones de comportamiento repetidos por los padres generan esquemas nucleares en la mente del niño, que más tarde se convierten en “plantillas" que influyen en las relaciones futuras. De manera breve, podemos decir que los niños criados por padres coherentes, seguros y sensibles desarrollan generalmente un apego seguro. Los bebés que no pueden confiar en la disponibilidad constante del progenitor desarrollan con más probabilidad un apego ansioso, caracterizado por respuestas parentales poco previsibles o cambiantes. En el apego evitativo, el progenitor es mayormente rechazante e insensible a las necesidades del bebé 3.
Desde el nacimiento, se ha resaltado la necesidad de las relaciones y su papel vital tanto en la vida física como en la mental. El lugar más visible donde las dinámicas psicológicas se manifiestan de forma concreta son las relaciones. Las relaciones entre personas juegan un papel central en la transformación del individuo a través de expectativas, emociones y cambios que emergen con el tiempo. En toda relación, romántica o no, la historia del individuo ejerce una influencia sobre la dinámica de la relación. Sin embargo, no debemos olvidar que el futuro se puede moldear a través de la manera en la que nos relacionamos.
Cuando cuidas a tu pareja como si fueras su padre o madre
En las relaciones de pareja, no es raro escuchar, tanto en la vida diaria como en terapia, frases como “me convertí en su madre/padre”. Esta expresión suele reflejar agotamiento, desequilibrio o una pérdida de satisfacción en la relación. La persona siente que ha perdido o está a punto de perder el deseo, que está cansada o que ya no es feliz. Entonces, ¿cuándo un compañero romántico se convierte en un padre o madre? ¿O cómo se cruzan o confunden los roles de otras áreas de la vida?
Emociones y actitudes como el amor, la compasión, el cuidado y el sacrificio son cualidades fundamentales que debe tener un padre o madre para satisfacer las necesidades básicas de sus descendiente. Pero estas emociones no son exclusivas hacia los hijos; también pueden darse de un hijo a un padre o hacia un amigo. Por supuesto, no se concibe una relación de pareja sin estos elementos. Sin embargo, cuando hablamos de “ser como un padre/madre” en una relación, suele implicar que la otra persona adulta apenas asume responsabilidades en la vida o en la relación, mientras que la pareja que asume un rol de padre o madre soporta sola la carga. Esta es una experiencia emocionalmente intensa. Dado que las condiciones y dinámicas de cada pareja son subjetivas, es importante evaluar las vivencias de “parentalización” dentro de cada vínculo específico.
Como se mencionó antes, las relaciones que los niños establecen con sus padres en los primeros años funcionan como plantilla básica en la vida adulta. En esa etapa también se forma la autoimagen. Algunas personas tienden a reproducir relaciones seguras y cálidas que tuvieron con sus padres; otras, en cambio, se sienten atraídas por relaciones más difíciles e inconsistentes. Como cada historia psicológica es única, los significados de estas elecciones sólo pueden comprenderse mediante una reflexión profunda y explorando nuevas maneras de vivir las relaciones.
El concepto de “parentificación”, introducido en la década de 1970, describe cuando un niño asume roles propios de un progenitor. En este contexto, el menor debe comportarse como adulto mientras el padre o la madre le carga con su cuidado emocional y físico, como si fuera el adulto. Algunos estudios muestran que los niños parentalizados experimentan una forma de negligencia emocional y pueden desarrollar apego inseguro 4.
Volviendo del marco conceptual al terreno clínico y social actual, es evidente que asumir un rol parental en la pareja puede estar muy vinculado a las experiencias de la infancia.
Flexibilizando Roles en las Relaciones Amorosas
Observando el Yo en la Relación: Especialmente en el contexto de las relaciones amorosas, las personas deben examinar sus experiencias relacionales pasadas y presentes para identificar qué posición y rol han asumido. Si se perciben a sí mismas como una pareja que adopta únicamente un rol materno o paterno en una relación específica (por ejemplo, la actual), es crucial analizar detenidamente qué implica este rol y la dinámica de dicha relación. Sin embargo, si tienden a comportarse como figuras parentales en casi todas sus relaciones, incluso fuera del ámbito romántico, es necesario explorar su historia infantil temprana y cómo esta experiencia de cuidado ocupa un lugar en su psique. Entender la elección de amistades y parejas, las dinámicas de los vínculos formados y bajo qué condiciones la persona se transforma en un padre/madre es fundamental.
Determinando de Quién es la Necesidad de Parentalización: Las experiencias relacionales siempre se construyen mediante interacción mutua. Una persona puede encontrarse en roles distintos en cada relación. Incluso las parejas a lo largo de la vida pueden mostrar actitudes y comportamientos completamente diferentes. Por ello, cada relación amorosa crea una dinámica única.
Cuando hablamos de experiencias emocionales en las relaciones, a veces las necesidades se vuelven complejas. El psicoanalista J. Miller decía: *"Amar es dar lo que no tienes a alguien que nunca lo pidió"* 5. Entonces, ¿qué intenta dar exactamente la parentalización en una relación a la pareja, o ¿a quién satisface principalmente esta dinámica? *"¿A quién beneficia realmente esta forma de relacionarse?"* En este punto, aclarar los significados de los roles y emociones es crucial. ¿Qué podría significar existir en una relación a través de la parentalización?
Buscando Nuevas Formas de Ser en las Relaciones: En cualquier vínculo, independientemente del tema, tomar conciencia de la situación plenamente es el paso más importante. Esta conciencia comienza cuando la persona asume responsabilidad por sí misma en la relación. No todos los enfrentamientos serán fáciles; a veces resultarán incómodos. Sin embargo, abren la puerta a una relación más auténtica. Quien comprende su mundo interior también empieza a ver a su pareja con mayor apertura. Así, se dan los primeros pasos para descubrir nuevos caminos tanto en la relación como en la vida.
De Ser Padre/Madre a Ser Pareja
Nuestra forma de existir en las relaciones se construye sobre los vínculos que establecimos con nuestras figuras parentales en las etapas más tempranas de la vida. Estas relaciones iniciales forman los cimientos de nuestra autopercepción y nuestras experiencias hacia el otro (progenitor). Si en la infancia se recibió cuidado adecuado y las dificultades fueron manejables, se desarrolla un apego seguro. Esto permite a la persona establecer relaciones más estables consigo misma y con el mundo. No obstante, si el padre/madre no fue lo suficientemente consistente o contenedor, el niño/niña pudo desarrollar mecanismos de afrontamiento para sobrevivir en los vínculos. Por ejemplo, callarse ante un padre enfadado o convertirse en el niño que cumple sus expectativas podrían ser defensas infantiles.
En algunos casos, el progenitor podría ser incapaz de brindar cuidado suficiente debido a sus propias dificultades. Así, el niño/niña asume funciones que debería cumplir el adulto. Con el tiempo, estos roles se internalizan y el individuo repite posiciones similares en sus relaciones adultas. Aunque esta dinámica puede ser agotadora, le resulta familiar: probar un rol nuevo implica contactar con la sensación de riesgo ante lo desconocido. Lo conocido siempre parece más seguro. Al igual que quienes eligen un camino largo y familiar en vez de un atajo más eficiente... Puede no ser funcional, pero es conocido. Entonces, al elegir repetidamente una ruta desgastante solo por familiaridad, ¿qué se está haciendo a sí misma la persona?
Asumir un nuevo rol en las relaciones puede generar confusión. Incluso podría afirmarse que la pareja "solo necesita este tipo de vínculo" y que otro sería imposible. Pero si piensas *"El problema no soy yo, es mi pareja"*, decidiendo por ella lo que necesita, esto también es una manera de tratar a un adulto como si fuera un niño, bloqueando el desarrollo de la relación.
Estas dinámicas son áreas clave de trabajo tanto en terapia individual como de pareja.
Para cerrar, te invitamos a reflexionar:
- ¿En quién te conviertes cuando no asumes el rol parental?
- ¿Cuál es la función de que tu pareja permanezca en el rol de niño/a dentro del vínculo?
References
- Erten, Y (2015). Tek Kişilik Balo :Narsizm Üzerine Kuramsal ve Klinik Notlar. Yansıtma Dergisi.
- Habip, B. (2011). Kuram ile Klinik Buluşunca. YKY: İstanbul
- Kesebir, S., Kavzoğlu, S. Ö., & Üstündağ, M. F. (2011). Attachment and psychopathology. Psikiyatride güncel yaklaşımlar, 3(2), 321-342
- Engelhardt, J. A. (2012). The developmental implications of parentification: Effects on childhood attachment. Graduate Student Journal of Psychology, 14, 45–52. Teachers College, Columbia University.
- Sanatatak. (n.d.). Psychoanalysis Teaches Us Love. https://www.sanatatak.com/psikanaliz-bize-aski-ogret/